Murió el antipoeta, y mira:
el tercer día se resucitaron
las palomitas blancas,
y se coagula la sangre en
los corazones heridos
por la mirada aguda
del antipoeta.
el tercer día se resucitaron
las palomitas blancas,
y se coagula la sangre en
los corazones heridos
por la mirada aguda
del antipoeta.